Se topó contra una pared y no supo que hacer, intento abrir una puerta
pero no la halló, buscó una ventana y tampoco. Por no encontrar no encontró ni
una pequeña rendija por la que poder mirar.
Quería pasar al otro lado como fuese, había oído que en aquel lugar las
cosas al otro lado no tenían nada que ver con las de éste.
"Los problemas de ese lugar son completamente superfluos, carecen
de relevancia. Las gentes andan con las cabezas en alza y caminan con los pies
y la cabeza completamente en el suelo, sus recatos son dignos de ver comparados
con lo que existe a este lado del muro"
Quería entrar, pensó en escalar con una cuerda el muro y cayó rompiéndose
sonoramente el brazo. Decidió esperar a su recuperación para intentar algo con
el muro.
Tan inmensamente alto y rasposo, imposible de subir, sin puertas ni
ventanas, sin rendijas. Muro perfecto.
Entonces comenzó a vociferar esperando que algo le contestase del otro
lado, pero que va.
Pasó mil días con todas las noches sentado al lado del muro, pensaba,
miraba, pensaba, miraba...Se construyó una especie de catapulta, la caída le
estaba doliendo ya de antemano mientras comenzaba a colocase en la catapulta.
Cogió la palanca se aferró a sus piernas y cuando pudo cerrar los ojos e
inspirar tiro fuerte de la palanca.
¡¡GERONIMOOOO!!
Bien "Gerónimo" se quedó estampado en la pared. Un par de
dientes menos y el tabique de la nariz roto, el brazo por su puesto volvió a rompérselo.
Así pasó gran parte de los meses hospitalizado, todo aquello empezaba a
cansar, que podía hacer con aquel muro.
Pensando sin solución, empezó a plantearse la idea de olvidarse del muro
ya que los médicos empezaron a preocuparse por su salud mental, comenzaron a
insinuar que tal vez con pastillas, con psiquiatras y uno de ellos dijo
directamente "camisa de fuerza y fuera, de locos está lleno el mundo"
Entonces empezó a fingir que ya el muro no era de su interés, que era
imposible de abordar por ningún lado, que las historias de lo que había detrás
eran fabulosas pero que sólo eran eso, historias.
Con los meses los ánimos comenzaron a calmarse y se olvidó del muro.
Salió del hospital habiendo pasado por la sala de psiquiatría unas
cuantas veces, dándole en las narices a aquel que hablo de camisa de fuerza,
estaba mentalmente bien, sin destacar del resto, lo que se dice alguien
"normal".
La historia acabó aquí, sin heroicidades, sin un buen final. El muro
siguió ahí inexpugnable. ¡Y ya está!
__
Hoy la gente se despierta alborotada, millones de miradas chismorreos y
hasta en la primera plana de la prensa que acaban de incluir ahora mismo con
las prisas del momento se cuenta en grandes titulares "CAMICACE DERRIBA
MURO A MARTILLAZOS Y....LO CONSIGE" En otro periódico se lee entre
interrogantes "¿BOQUETE EN EL MURO?" En otro "EL MURO CAYÓ"
Y así en cada uno de los periódicos y revistas del lugar, todo hombre,
mujer y niño se hizo eco de la noticia mientras que todos hablaban ninguno se
paró a pensar, todos corrían hacía allí.
__
Cuando Abrió los ojos aquella mañana de Domingo fue al baño como cada
mañana, todo tenía el mismo color que el día anterior, todo olía igual que el
día anterior, las nubes allí arriba parecían iguales, la verdad es que ya poco
importa es así seguimos vivos y aquí.
Trabajas, comes, duermes, respiras, miras las nubes, cagas en el baño
del vecino, piensas si te dejaste la lumbre puesta, vas a por pan, te suenas
los mocos, miras si va a llover para no poner lavadora ese día, te peleas con
tu pareja, no tienes dinero para pagar el alquiler, alguien tuvo un accidente y
un largo etc...
-Buenos días, Quisiera una barra de pan.
-Aquí tiene serán...
Ya no aguanta más por qué todo es jodidamente igual, todo el mundo es
igual, todo es igual, igual...I-GU-AL.
Sale corriendo de la tienda tirando la barra de pan y armando un
terrible alboroto empujando a la gente para salir, no está pensando y corre
¿Hacia dónde? ¿Quién sabe?
Pasa por una de esas obras en las que están mirando cinco y sudando dos.
Se para y contempla los ve hablando de cosas absurdas mientras los otros dos
trabajan, que importaciones tiene eso, no le importa.
Se acerca coge un martillo que pesa como mil toneladas o eso parece,
todos le gritan y el cómo puede correr, corre lejos. Todos comienzan a mirarle
"NOS HA ROBADO EL MARTILLO" los obreros gritan, la gente comienza a
mirar y un par de policías comienzan a perseguirle.
La gente mira, los obreros gritan, los policías detrás gritando, pero en
ese momento sonríe y corre.
Nadie consigue que pare, pasa por calles estrechas la persecución sigue,
aunque está en las últimas y sigue, las calles se le hacen interminables y el
jodido martillo pesa.
Consigue despistar a los policías, sigue adelante, llega a la carretera
y es cuando mira atrás y se da cuenta que un grupo de niños lleva tiempo gritándole
con euforia "¡¡COOOORREEEE!!" Los niños corren muy detrás, la policía
despistada y los obreros ya no están, igual han ido a mirar la obra otra vez.
Las personas comienzan a salir corriendo a por los niños, mientras que
los niños corren detrás de su diversión que no es más que alguien con un
martillo corriendo en la carretera sin motivo alguno.
Entonces lo ve, desde lejos lo reconoce es aquel muro, se para. Allá a
un par de metros el muro y en sus manos desde hacía mucho rato un arma de
destrucción masiva y es masiva cuando la cabeza del martillo es más grande que
las panzas de algunos de esos obreros y eso ya es una maza bien importante.
Suspira, mira hacia abajo cierra los ojos y suspira, oye las voces de
todo el gentío gritándoles a los niños e intentando que todo vuelva a la razón.
¿Pero qué razón puede haber en un mundo completamente ciego?
Se pone la maza al hombro, y dignamente con paso a zancadas camina hacia
el muro ya nadie grita, ya nadie intenta que frene, todos observan el curioso
caminar que lleva y esta vez alguien piensa "TAL VEZ, HOY SEA
DIFERENTE..."
Al llegar pone el pie en el muro apoyando la maza en el suelo y suspira,
mira el muro, suspira, mueve el pie, suspira, mueve el martillo.....¡¡No,
decididamente así no!!
La gente empieza a agruparse y a mirarle junto con los niños y la policía,
pero esta vez nadie quiere que pare. La comunidad contempla mientras piensa.
Coge la maza y se da la vuelta todos expectantes miran.
Esta vez coge impulso desde lejos y mientras pega un salto brutal va
subiendo la maza por detrás de su espalda y grita se precipita hacia el muro
sin ningún tipo de protección y con una maza, pero esta vez no piensa en los
huesos rotos, ni en el dolor, ni en los médicos ,ni en las pastillas que le
daban en el psiquiatra las de "relax".
¡¡ROMPETE!!
Y casi cuando lo piensa un enorme estruendo y una humareda comienza a
subir, nadie vio nada, no ha dado tiempo, en un segundo aquella persona
camicace abrió un boquetazo en medio de aquel muro sin puertas o ventanas, sin
rendijas ni nada parecido.
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Abrió los ojos cuando se dio cuenta de que alguien intentaba agarrarle y
le dolía, el cuerpo entero le dolía pegó un grito y vio polvareda con
escombros, se preguntó que era aquello hasta que comenzó a levantarse con la
ayuda de gente y todo le dolía, pero entonces un grito entre la gente
"¡¡EL MURO A CAÍDO!!" ¿Que el muro qué? sintió en sus dedos la dura y
fría maza que aún sostenía en una de sus manos, sus dedos temblorosos la
dejaron caer y lloró sin pensar, la sonrisa iluminó lágrimas que caían por toda
su cara ya nada sería igual, eran libres en un nuevo mundo de inmensos colores
que el horizonte podría contener, todos corrieron pasando por el muro sintiendo
la inmensidad de aquel lugar y las nuevas cosas diversas que este podría
ofrecerles.
__
Los médicos espantados dieron la voz de alarma, todos los auxiliares,
personas de la limpieza y los psiquiatras y los obreros corrieron detrás
intentando atraparlos a todos.
Uno de sus enfermos había conseguido después de meses de calma escapar
de su camisa de fuerza tirando abajo su puerta, rompiéndose casi el hombro y no
con eso, corriendo por los pasillos encontrando a unos obreros que hacían
nuevas obras en una de las plantas de abajo del manicomio y rodándoles un
importante martillo, escapando de todos los celadores y auxiliares, corriendo
durante más de tres horas por todo el centro sin ser atrapado abriendo puertas
y alterando a todos los demás pacientes haciendo que le siguieran de arriba abajo,
para más tarde derrumbar uno de los muros del centro mientras millones locos
gritaban y paraban con sus cuerpos a los trabajadores del centro.
Después de aquello millones de dementes corrieron pradera abajo
siguiendo al camicace que escapó corriendo con unos cuantos dementes y esquizofrénicos.
A la mayoría se les fue atrapando y devolviéndoles a sus celdas de
aislamiento y administrándoles su medicación, pero aquel camicace sigue en
paradero desconocido.
Quizá tal vez, haya podido encontrar eso que solo él entiende.